Me
encanta cuando veo una película o leo un libro y los personajes
sienten la misma pasión que yo por la lectura o por la escritura. Me
siento parte de esa historia porque me descubro en el protagonista,
en sus inquietudes, sus deseos, en esa búsqueda constante de
historias para leer o contar.
Cuando
llegó a mí “La voz del árbol”, ya nos habíamos cruzado alguna
vez en varias librerías y siempre nos habíamos quedado mirando el
uno al otro con esa hermosa curiosidad por lo nuevo, por lo
desconocido. Porque yo estoy convencido que igual que para mí el
libro era una historia nueva que disfrutar, para él yo también era
alguien desconocido, una nueva persona a la que hacer viajar por el
mundo de las palabras.
Esperé
unos días hasta encontrar el momento adecuado para sentarnos y
leernos. Antes lo olí y me fascinó. Olía a libro nuevo e historia
increíble. Me sedujo desde la cita que el autor, Vicente Muñoz
Puelles, escribió al comienzo:
“Había
estado recluido tanto tiempo, escribiendo y leyendo, que casi había
olvidado los encantos de la naturaleza, que en junio pueden ser
grandes”
Orlando,
Virginia Woolf.
Después,
fue sencillo sumergirse en la historia de esta niña, Virginia, y
dejarme llevar por esa pasión juvenil por los libros. Volver a
recordar esas primeras historias que despertaron en mí la curiosidad
y el amor por la lectura. Anhelar, en mi juventud, una casa en un
árbol y esos libros que misteriosamente aparecen para ser leídos.
Sentí el deseo de volver a ser un niño y de descubrir las historias
por primera vez.
Casi
nunca somos conscientes de la importancia de la primera vez. No nos
damos cuenta de lo que estamos viviendo hasta que con el paso del
tiempo, miramos atrás y descubrimos lo increíble que fue para
nosotros ese primer libro o el primer viaje o el primer beso.
“La
voz del árbol” es un libro maravilloso para lectores de 10 a 160
años. Para lectores capaces de dejarse llevar por las palabras hasta
aquellos primeros recuerdos donde los libros empezaban a formar parte
de su vida. También es un libro muy interesante para esos lectores
que han olvidado el por qué y para los que nunca encontraron un por
qué. Es fundamental, también, para los jóvenes que buscan en sus
primeros libros un espacio donde sentirse identificados e
importantes.
“La
voz del árbol” de Vicente Muñoz Puelles.
XI Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil.
XI Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil.
Virginia
vive en el campo con su familia, rodeada de animales y plantas. La
convivencia con la perra Laika, la rana Renée, el hurón Hugo o el
pájaro Grip es tan natural como cualquiera de sus hermanos. Los
animales parecen ser un miembro más de su familia.
Pero
ese verano, Virginia descubre algo muy especial: una cabaña en un
árbol en la que van apareciendo libros de forma misteriosa. ¿Quién
los deja ahí? ¿Por qué?
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