jueves, 8 de enero de 2015

“EL GRAN LIBRO DE CUENTOS PARA NIÑOS” DE FRANZ HOHLER Y NIKOLAUS HEIDELBACH (ED. CÍRCULO DE LECTORES)

Cuando comencé a leer un cuento cada noche de este libro, no tenía ni idea de lo que me iba a encontrar. Lo escogí entre los muchos libros que habitan en mis estanterías por la brevedad de sus historias. Siempre me gusta leer un cuento en voz alta justo antes de dormir y lo prefiero breve para así, no encontrarme con el sueño en mitad de la lectura. Sin embargo, desde su primera historia me di cuenta de que no estaba ante un libro cualquiera de cuentos infantiles. Me encontraba ante un libro guerrero, un libro de esos que son capaces de retar al lector tanto infantil como adulto y me sentí embriagado por las palabras escritas en sus páginas.

Al día siguiente fui incapaz de leer un solo cuento. Me dejé llevar por dos , tres y hasta cuatro historias en una misma noche y, así, el resto de los días hasta su final. Cuentos como “Las fuerzas del cielo”, “EL hombre de la isla”, “Una novela policiaca”... me alejaban cada vez más del sueño conduciéndome con más ahínco a nuevas historias.

Lo disfruté tanto que decidí compartir algunas de las historias en el programa de radio “Échate un ojito”. Pero no fue suficiente y ahora, estoy sentado frente al ordenador, hablando de este maravilloso libro y dispuesto a compartir alguna historia más con quien quiera leerla.

Pero antes, no quiero olvidar al autor, Franz Hohler, que curiosamente ya formaba parte de mi librería con otro libro de cuentos, también muy recomendable, y que fue de los primeros libros de cuentos que entraron a mi casa casi sin pedir permiso. Se trata de “ASÍ EMPEZÓ TODO”. Un libro divertidísimo y muy ingeniosos que nos cuenta de manera sencilla el origen del universo y de todo lo que en él encontramos.

Aperitivos para paladares selectos:

LA TIZA Y LA ESPONJA

Una tiza comenzó a escribir despacio una frase en la pizarra: “una de las cosas más importantes del mundo es...”.

    • ¿Es...? -dijo la esponja mientras se acercaba chorreando.

...la esponja”, escribió la tiza a toda prisa.

    • Eso es -dijo la esponja y, satisfecha, se dejó caer en su cesto bajo la pizarra.

EL JARDINERO

Érase una vez un jardinero que era conocido por tener un trasero muy duro.

Muchas personas lo visitaban por eso y le palpaban el trasero mientras regaba el bancal o trataban de pellizcarle disimuladamente mientras trasegaba en su invernadero.

¡Qué cosas! -murmuraban-, es verdad que lo tiene de piedra”.

Pero de sus flores nadie hablaba.

¿Hay alguien dispuesto a no seguir leyendo?

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